Bioseguridad en la industria pesada

La prevalencia del desarrollo industrial en las grandes ciudades requiere que todas las partes interesadas sean conscientes de la contaminación del suelo, ya que muchos de estos proyectos están situados en tierras agrícolas o cerca de ellas.

 El movimiento de plataformas de perforación, edificios móviles y otras infraestructuras a grandes distancias puede contribuir a la propagación de especies invasoras y plagas. Los propietarios y empleados de las empresas deben reconocer que cualquier tarea en un sitio con suelo expuesto conlleva el riesgo de transmisión, independientemente de la escala del proyecto o el plazo del proyecto.

Preparación de zonas

Se recomienda que todas las obras estén preparadas para la eventualidad del movimiento del suelo, aunque no se considere un componente importante del proyecto. El nivel de riesgo asociado a cada zona del emplazamiento debe determinarse antes de que se inicien los trabajos.

El nivel de riesgo bajo incluiría aquellos lugares en los que no se produzca movimiento o contacto con el suelo y riesgo alto, donde el contacto y el movimiento del suelo son habituales.

 Los lugares asignados como de riesgo medio son normalmente zonas de transición, donde confluyen zonas de alto y bajo riesgo.

Bioseguridad y desinfección

Zonas designadas que permiten el lavado y desinfección de vehículos y equipos deben estar disponibles y ser fáciles de manejar para todos los empleados.

 La señalización para aparcar y dirigir a los visitantes es más eficaz si es visible en los puntos de entrada. Se puede instalar una puerta o valla para mantener alejado de las zonas de alto riesgo cualquier equipo o persona no autorizada.

La implantación de un sistema de registro de entrada y salida será otra oportunidad para señalar las zonas prohibidas y las normas de bioseguridad del centro.

Cuando los proyectos se estén ultimando, habrá que dedicar tiempo a barrer a fondo las vías adyacentes si se ha acumulado tierra en la entrada o cerca de ella.  Esto puede hacerse manualmente o utilizando maquinaria de barrido. Dependiendo del proyecto que se lleve a cabo, deberán tenerse en cuenta dichos equipos con antelación.

Construcción y explotación de instalaciones y pozos.

La construcción de instalaciones de petróleo y gas y de pozos implica el movimiento de grandes cantidades de suelo. Este, no sólo aumenta el riesgo de transmisión en el equipo y el personal, sino que también aumenta la probabilidad de que factores ambientales, como el viento y la lluvia, que contribuyen al movimiento de la tierra en grandes espacios abiertos.

El almacenamiento seguro de la tierra vegetal debe mantenerse durante toda la vida de cualquier proyecto de construcción, hasta el momento en que se sustituya en el mismo lugar o se traslade fuera de él.

Una vez finalizada la construcción, el acceso rutinario a los pozos debe continuar de forma que se incorporen medidas de biosaneamiento.

 Cuando se acceda a un emplazamiento por caminos de grava, hay que permanecer en la grava incluso cuando esté aparcado. Colocar incluso dos ruedas fuera de la carretera en un terreno fangoso puede transmitir contaminación de los suelos especialmente cuando se depositan en los huecos de las ruedas y en las bandas de rodadura.

Si la zona es accesible sólo desde caminos de tierra o caminos sin pavimentar, evite en lo posible recorrerlos en condiciones muy húmedas.

Desarrollo del terreno

La creación de nuevas subdivisiones, instalaciones públicas y otras estructuras municipales presentan desafíos únicos en términos de garantizar la bioseguridad. En concreto, el desmontaje y la venta de grandes volúmenes de tierra vegetal pueden propagar tanto las esporas de la raíces y materiales de las malas hierbas a grandes distancias.

El traslado de tierra contaminada a un lugar donde pueda producirse una propagación posterior contraviene la Ley de Conservación del Suelo y la Ley de Plagas Agrícolas.

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